La necesidad de sentirnos parte de un grupo y de expresarnos como individuos es innata en el ser humano. Aunque con la llegada de las redes sociales, parece que nos hemos vuelto más egocéntricos, exhibicionistas y el número de amigos supera los cuatro dígitos.
Al tener un acceso casi ilimitado al escaparate online, las empresas se lanzan a publicar, comentar y publicitar sin descanso. Pero no todo vale para conseguir sus objetivos.